Blackwing x Moleskine Juego Atelier

El Juego Atelier reúne dos marcas legendarias en un precioso juego de regalo. Ábrelo para descubrir una colección de herramientas de estudio de artista con todo lo que necesitas para plasmar y explorar tus pensamientos e ideas sobre el papel. Este juego es uno de 500, cada uno numerado individualmente.

El interior es una caja de nogal de grano redondo que contiene un suministro anual de dos icónicos lápices de grafito Blackwing: 12 Blandos para dibujar con profundidad y textura, y 12 Duros para notas y bocetos suaves sin esfuerzo. También hay una selección de herramientas para cuidar y alargar la vida de tus queridos lápices Blackwing: un afilador de sobremesa con cuchilla helicoidal, un afilador de punta larga de un solo paso para mantenerlos en perfecto estado; un juego de 10 gomas de repuesto; un alargador para lápices; y un guardapuntas. El juego se completa con dos cuadernos de dibujo Moleskine, uno grande y otro de tamaño A4.

Los emblemáticos y superventas lápices Duros de Blackwing tienen un núcleo de grafito sedoso que se desliza por la página, para que tu mano siempre pueda seguir el ritmo de tus pensamientos. Crean líneas suaves con una excelente retención de la punta. Los lápices Blackwing Blandos están en el otro extremo del espectro, con un núcleo de grafito aterciopelado y oscuro. Dan profundidad y textura al papel, ideal para artistas, músicos, carpinteros y cualquiera que busque una línea oscura y atrevida. Todos estos lápices de calidad cuentan con la virola metálica distintiva de Blackwing, goma rectangular reemplazable y clip para la goma.

Con su diseño Moleskine reconocible al instante y su rico papel de 165 g/m², los cuadernos de bocetos ofrecen el lienzo en blanco ideal para experimentar con la presión, el sombreado y el contraste. Tanto el cuaderno grande como el A4 tienen papel de calidad superior que resiste el uso de gomas, así como una tapa dura para dibujar y hacer bocetos sobre la marcha. Con un acabado en negro mate, el sacapuntas de sobremesa es un magnífico accesorio para su espacio creativo. Afila tus lápices a la perfección gracias a una cuchilla helicoidal e incluye un sistema de freno automático para que nunca corras el riesgo de afilarlos demasiado. El afilador de punta larga de un solo paso está diseñado para ayudarte a sacar el máximo partido a tus lápices Blackwing creando una punta alargada y curva que resiste la rotura. Cabe cómodamente en la palma de la mano y está fabricado en resistente aluminio mecanizado con una hoja de acero alemán en su interior. Puedes afilar el lápiz hasta tres veces antes de tener que vaciar el bote. Las gomas de repuesto te permiten seguir creando y perfeccionando hasta que lo consigas, con un clip que las mantiene firmemente en su sitio dentro de la virola.

El guardapuntas protege el lápiz de golpes y caídas durante los desplazamientos. El extensor añade longitud cuando los lápices llegan al cabo, lo que reduce el desperdicio y permite maximizar la vida útil del lápiz. Fabricado en aluminio mecanizado, cuenta con una punta de goma que lo mantiene firmemente en su sitio mientras te detienes a escribir, pensar y crear.

Los lápices Blackwing se fabrican con auténtica madera de cedro de incienso original de California y Oregón junto con grafito japonés de primera calidad. Los orígenes de la empresa se remontan a la década de 1930, cuando la excepcional calidad y el estilo distintivo del lápiz lo convirtieron en la herramienta creativa elegida por algunos de los artistas, escritores y pensadores más influyentes de la historia. El Blackwing 602 original se hizo popular entre personalidades creativas como John Steinbeck, Chuck Jones, creador de Bugs Bunny, y algunos de los músicos más famosos de todos los tiempos. Hoy, los lápices Blackwing son objetos de culto.

Por supuesto, no hace falta ser el próximo Steinbeck para formar parte de la historia. Solo tienes que abrir tu cuaderno Moleskine, coger un lápiz y anotar todas tus expectativas. La icónica virola y la goma rectangular te permiten escribir, esbozar, borrar y volver a empezar; aceptar los errores como parte del proceso y simplemente disfrutar de los momentos de tranquilidad entre tú y la página.